Entre la sensibilidad y la fuerza, Valery Bulnes se reconoce como una mujer valiosa e inquebrantable

En Copán, tierra que asegura amar con todo su corazón, nació y creció Valery Bulnes, una joven que ha demostrado que los sueños, la disciplina y la fe pueden transformar vidas. Desde niña supo que su destino estaba ligado a la comunicación, inspirada por aquellas madrugadas junto a sus abuelos, cuando a las 4:00 de la mañana escuchaba las noticias en radio y televisión. Ese vínculo se convirtió en una pasión que años más tarde le abriría las puertas al periodismo, carrera que dedica a quienes fueron sus primeros y más fieles espectadores: sus abuelos.

Valery Bulnes convierte su historia personal en un mensaje de resiliencia y esperanza

Su historia, sin embargo, no estuvo marcada por privilegios. Desde pequeña trabajó en el mercado Zonal Belén, donde su abuela tenía una bodega de huevos. Entre ventas, disciplina y esfuerzo aprendió que todo lo que se desea puede lograrse con trabajo duro. Ese fue el inicio de un recorrido que incluyó ser dependienta, vendedora ambulante y edecán, antes de llegar a la televisión a los 17 años. “No me avergüenzo de nada de lo que viví, al contrario, me siento orgullosa de cada paso que me formó”, asegura con firmeza.

El periodismo la llevó a crecer frente a las cámaras, donde destacó como reportera y productora de noticieros. Aunque actualmente se desempeña en el área de relaciones públicas, confiesa que extraña los días de presión en las calles, el contacto con la gente y la adrenalina de informar. “La televisión siempre será mi casa, no descarto regresar a la pantalla chica”, señala con una sonrisa que refleja la nostalgia de su verdadera vocación.

En el ámbito académico, Valery Bulnes no se detiene. Tras haber alcanzado su primera licenciatura, hoy estudia Derecho con la meta de obtener un segundo título. “Siempre he pensado que estudiaré hasta el final de mis días”, afirma, convencida de que el conocimiento es una inversión que nunca se pierde. Sus metas van más allá de lo profesional: sueña con formar una familia en el futuro, aunque por ahora su prioridad es cumplir objetivos junto a su pareja y seguir apoyando a su madre y hermanos menores.

La disciplina y la empatía marcan el camino de Valery Bulnes en su vida y carrera

Detrás de su fortaleza existe también una historia de lucha personal. Hace unos días decidió compartir públicamente algo que guardó por años: el diagnóstico de ansiedad, depresión y ataques de pánico que recibió tras la muerte de su abuela. “Un diagnóstico no me define”, enfatiza, al tiempo que reconoce que la terapia, la fe en Dios y la resiliencia le han permitido sanar heridas profundas y perdonar. Su testimonio busca crear conciencia en un mes donde se conmemora la prevención del suicidio.

“Sé lo que significa llorar en silencio, sentir que no puedes más y vivir con miedo. Pero aprendí a soltar lo que me lastimaba y, sobre todo, a perdonarme”, relata. Ese proceso, lejos de derrumbarla, la convirtió en un ejemplo de empatía y valentía. Hoy se describe en tres palabras: susceptible, empática y fuerte, tres rasgos que reflejan la esencia de alguien que aprendió a transformar el dolor en motor de vida.

Su mensaje no es solo personal, sino universal. Valery hace un llamado a la sociedad para ser más humanos y menos hirientes: “Te digo a ti que lees esta nota: no estás solo. Siempre hay una solución, pide ayuda. La vida es un carrusel, hoy estás arriba, mañana no lo sabemos. Mantén la humildad y da lo mejor de ti, tanto para tu familia como para quienes te rodean”.

Entre sueños, estudios y proyectos personales que pronto espera revelar, Valery Bulnes continúa trabajando en silencio, construyendo un futuro sólido. Su historia es la de una mujer que ama sus raíces, que aprendió a levantarse después de cada caída y que hoy inspira con un mensaje claro: siempre habrá un mañana para quienes estén dispuestos a enfrentar la tormenta.

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