
Entre plantaciones de cacao, un bosque tropical y las aguas del mar Caribe, se encuentra uno de los secretos mejor guardados del turismo nacional: la Laguna de Cacao, una joya natural ubicada dentro del Parque Nacional Nombre de Dios. Este rincón mágico de aproximadamente un kilómetro cuadrado fascina por su conexión única entre humedales, historia ferroviaria y ecosistemas vírgenes.
Laguna de Cacao, un destino donde la naturaleza y la historia se encuentran

Rodeada de una vegetación exuberante, en la que predominan cuatro especies de mangle, la laguna ofrece un espectáculo natural que se puede apreciar mejor remando en canoa o kayak. Los visitantes se internan en un canal exótico que desemboca en la laguna, haciendo del recorrido una experiencia inmersiva en el corazón verde del Caribe hondureño.

Este ecosistema está alimentado por cinco quebradas que nacen en la cordillera Nombre de Dios y que atraviesan la planicie costera hasta alimentar el humedal. La riqueza ambiental convierte a este destino en un lugar ideal para observadores de aves, amantes del ecoturismo y quienes buscan desconectarse del ruido citadino.
Explorar la Laguna de Cacao es sumergirse en uno de los tesoros mejor guardados del Caribe hondureño
Además de su valor ecológico, la Laguna de Cacao también guarda historia: en sus alrededores operó una estación de tren de la Standard Fruit Company, que utilizaba el cuerpo de agua como vía para transportar sus productos al mar. Ese legado industrial hoy se mezcla con el renacer turístico del área.

Para llegar, se debe tomar la carretera entre La Ceiba y Trujillo, desviarse hacia la comunidad de El Cacao, y caminar una corta distancia hasta un canal. Allí, guías locales y organizaciones como la Fundación Parque Nacional Nombre de Dios (FUPNAND) o tour operadores como La Moskitia Eco Aventuras, Jungle River, Garifuna Tours, Turaser y Tourist Options, ofrecen paseos sostenibles que respetan el entorno.
El acceso está disponible de lunes a viernes entre las 8:00 a. m. y las 4:00 p. m., tiempo suficiente para adentrarse en uno de los escenarios más impresionantes y menos explorados del Atlántico hondureño.

Laguna de Cacao no solo es un destino turístico, es un santuario natural que nos recuerda la riqueza de Honduras y la necesidad urgente de conservarla.