
Grecia Carranza O’Hara está marcada por la creatividad, la búsqueda de libertad y una fuerza interior que inspira. Desde el gimnasio hasta los estudios de producción, pasando por el tatuaje y la comunicación, su vida refleja una pasión constante por aprender, reinventarse y dejar huella en cada espacio donde participa.

Grecia O’Hara: un camino marcado por la creatividad, la disciplina y el arte
Grecia disfruta del mundo digital y audiovisual, donde ha encontrado un camino para expresarse y conectar con los demás. Su gran pasión es producir audio y video, una actividad que con el tiempo se convirtió en la llave para trabajar como consultora en comunicación en una ONG de derechos humanos. Ese rol, conseguido gracias a una recomendación, se transformó en un escenario para demostrar talento, disciplina y capacidad creativa.

La rutina está llena de contrastes: el gimnasio como espacio de energía, la escritura como desahogo, los viajes y el cine como momentos de descubrimiento, y la música como compañía. Entre el rock, el reguetón, la electrónica, el trap y el dance, encuentra el ritmo perfecto para cada etapa de su vida. Incluso en los sabores cotidianos —frijoles, aguacate, queso seco, tortilla de maíz y cheetos— se percibe esa autenticidad que lo caracteriza.

Grecia también carga historias en la piel: 17 sesiones de tatuajes que narran vivencias, ideas y sueños. Uno de los proyectos más importantes es abrir un estudio de tatuajes propio, junto a la meta de culminar la carrera en Diseño Gráfico y emprender en distintas áreas. Estos objetivos, tanto a corto como a largo plazo, representan un deseo profundo de alcanzar estabilidad económica, social y emocional.

El camino no ha sido sencillo. El estrés y la ansiedad son parte de un equilibrio que se maneja con trabajo constante y disciplina, evitando que las dificultades se conviertan en frenos. El Valle de Ángeles, con la nostalgia que evoca, es el refugio que conecta con la tranquilidad necesaria para seguir avanzando.

La fortaleza de Grecia proviene también de las personas que lo acompañan en el trayecto. Su familia —padres, abuelas y hermano—, así como amistades cercanas, se han convertido en fuente de resiliencia y empatía. A pesar de la autoexigencia, el miedo a la soledad o el síndrome del impostor, se mantiene firme gracias a esa red de apoyo y a la convicción de que cada día vivido es una victoria.

El mensaje de Grecia O’Hara: lucha, resiliencia y esperanza para la comunidad trans
Más allá de lo personal, hay un mensaje poderoso que Grecia desea compartir: “Invito a todas aquellas personas trans que en algún momento se cuestionan, sufren en silencio o reprimen su identidad por temor a la sociedad, a que no están solas ni solos. La vida es difícil, lo es más para nosotres, pero si trabajamos por una cultura de paz, con una población más informada, humana y empática, esa vida dura puede ser más llevadera”. Una declaración que convierte su historia en un testimonio de lucha, arte y esperanza.
