
La Red Hondureña de Educación Financiera (REHEF) ha lanzado una seria advertencia sobre el rumbo económico que está tomando Honduras, luego de que el Congreso Nacional aprobara tres nuevos préstamos con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) por un total de 190 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 5 mil millones de lempiras.
Aunque los fondos están destinados a proyectos que abordan temas como la igualdad de género, inclusión social y reactivación del sector cafetalero, REHEF cuestiona la sostenibilidad de seguir endeudando al país sin garantizar un retorno en inversión real y desarrollo sostenible.
“El problema no es solo cuánto se pide prestado, sino cuánto de eso realmente se convierte en inversión productiva. Honduras está en una ruta peligrosa de más deuda y menos inversión efectiva”, advirtió la organización en un comunicado oficial.
¿POLÍTICA SOCIAL O MAQUILLAJE FINANCIERO?
Los nuevos préstamos se desglosan de la siguiente manera:
- 80 millones de dólares para programas de igualdad de género e inclusión social.
- 70 millones de dólares para preinversión e inversión pública.
- 40 millones de dólares para reactivar el sector cafetalero y modernizar BANADESA.
Si bien los objetivos parecen loables, REHEF señala que la ejecución ha sido históricamente el talón de Aquiles de las finanzas públicas en Honduras. La falta de rendición de cuentas y la gestión deficiente han llevado a que muchos de estos recursos no generen el impacto prometido.
Con una deuda pública que ya supera los 18 mil millones de dólares, REHEF considera que la economía hondureña enfrenta una carga cada vez más difícil de sostener. La creciente deuda compite con la inversión en sectores fundamentales como salud, educación, infraestructura y empleo juvenil.
“Lo que se necesita no son solo préstamos, sino una visión de desarrollo coherente, con capacidad de ejecución, transparencia y resultados”, enfatiza el comunicado.
REHEF concluye su análisis advirtiendo que el dilema no es únicamente financiero, sino también ético y político. Insiste en que el país no puede seguir construyendo su economía sobre una base de endeudamiento sin beneficios tangibles para la población.