
La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en parte esencial de la vida diaria en América Latina. Sin embargo, un reciente estudio de ESET Latinoamérica revela un dato preocupante: más del 55% de los usuarios no verifica la información que recibe de estas herramientas, lo que abre la puerta a riesgos de desinformación, estafas y exposición de datos sensibles.
El uso de la IA crece, pero sin hábitos de verificación
La encuesta, realizada a más de 1.000 personas en 17 países entre ellos Honduras, México, Argentina, Colombia, Perú y Guatemala mostró que ocho de cada diez ya utilizan la IA con frecuencia u ocasionalmente. Aunque refleja una adopción masiva, la falta de verificación preocupa a especialistas en ciberseguridad, quienes advierten que un uso descuidado puede tener consecuencias graves.
El jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, Camilo Gutiérrez Amaya, advirtió que los modelos de IA “pueden ofrecer respuestas certeras, pero también equivocadas o sesgadas”. En áreas sensibles como salud, finanzas o temas legales, la recomendación es clara: contrastar siempre la información con fuentes oficiales para evitar errores o manipulaciones.
El informe reveló además que el 40% de los encuestados comparte información personal o laboral con la IA, y que casi el 60% no lee las políticas de privacidad. Esto expone a los usuarios a que sus datos, incluyendo contraseñas o información bancaria, queden almacenados y hasta sean utilizados para entrenar futuros modelos, sin su consentimiento.
IA bajo la mira: fraudes, deepfakes y pérdida de privacidad
Los expertos también alertan sobre los ciberataques con técnicas de “prompt injection”, que manipulan los comandos de la IA para generar respuestas falsas o maliciosas. Esto convierte a la herramienta en un canal de riesgo para phishing, fraudes digitales y desinformación masiva.
Las principales preocupaciones de los encuestados apuntan a tres frentes críticos: fraudes y estafas (65%), deepfakes y noticias falsas (47%), y la pérdida de privacidad (45%). Ya existen casos en los que con apenas segundos de grabación de voz se crean imitaciones casi perfectas, y proliferan sitios que aparentan ser medios legítimos para difundir noticias falsas y redirigir a páginas maliciosas.
El análisis de ESET concluye que, aunque la IA es vista con optimismo por la mayoría, el gran reto es adoptar hábitos digitales responsables. Verificar la información, no compartir datos sensibles y revisar políticas de privacidad son medidas urgentes para garantizar un uso seguro de una tecnología que crece más rápido que la conciencia de quienes la utilizan.