
Gustavo Sánchez presume una «baja» en homicidios mientras le arrebatan la vida a tres estudiantes del intae en SPS. Una ola de indignación y dolor recorre Honduras tras el brutal asesinato de tres estudiantes del Instituto Tecnológico de Administración de Empresas (INTAE) en San Pedro Sula, mientras el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, sostiene públicamente que el país “va bien” en temas de seguridad.
La contradicción entre las declaraciones oficiales y la sangrienta realidad que enfrentan miles de familias hondureñas quedó en evidencia la noche del viernes 25 de julio, cuando los jóvenes fueron raptados en la colonia La Pradera mientras se dirigían en taxi a completar una tarea escolar en grupo. Horas después, dos fueron hallados sin vida y un tercero falleció en un centro asistencial tras luchar por sobrevivir.
Uno de los fallecidos fue identificado como Brayan Josué Núñez Pineda, de 17 años, residente en La Lima, Cortés. Otro de los jóvenes fue identificado como Luis, quien murió posteriormente en un hospital. Todos eran estudiantes de octavo grado.
Según el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Hugo Maldonado, este caso no puede tratarse como un hecho aislado. “Debe considerarse una nueva masacre”, declaró, señalando la grave situación de violencia juvenil que azota el país.
Maldonado advirtió que existen zonas de la costa norte donde simplemente cruzar de una colonia a otra puede costar la vida. “La situación de seguridad es un problema estructural. No es cierto que vamos bien”, afirmó.
Las declaraciones recientes del ministro Gustavo Sánchez contrastan de forma alarmante con la tragedia vivida por las familias de los tres jóvenes. Mientras las calles siguen cobrando vidas inocentes, el discurso oficial parece alejado de la realidad de las comunidades que día a día viven bajo el miedo y el abandono.
Gustavo Sánchez no se ha pronunciado sobre esta masacre
En redes sociales, ciudadanos exigen al ministro que deje de minimizar la crisis de seguridad que se vive, y demandan acciones reales, contundentes y urgentes para frenar la ola de asesinatos, especialmente entre la población joven y estudiantil.