Ana Murillo, la mujer que escribe su destino con resiliencia, sueños y arte

A veces, los grandes sueños cambian de forma, pero no de propósito. Ana Murillo, 29 años, nació en Tegucigalpa con raíces olanchanas y una mezcla explosiva de fuerza, sensibilidad y pasión por contar historias. De niña soñó con salvar vidas en un hospital; hoy lo hace desde un set de televisión, rescatando verdades, visibilizando realidades y tocando corazones con cada palabra que pronuncia.

Ana Murillo: del sueño de salvar vidas a sanar con periodismo

No siempre quiso ser periodista. La adrenalina de una sala de redacción y el misterio de lo que ocurre fuera del ojo público la sedujeron mientras estudiaba en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y entonces entendió que el periodismo también puede curar: cura la indiferencia, la desinformación y la injusticia.

Prometió que su lugar sería detrás de las cámaras… pero la vida la desafió. Tras enfrentar momentos personales que pusieron a prueba su resiliencia, aceptó trabajar en ICN News y se convirtió en uno de sus rostros más reconocibles. Desde ahí, ha demostrado que no basta con informar: hay que conmover, incomodar, inspirar y provocar cambios.

Artista de corazón, Ana pinta, canta y escribe para liberar lo que el alma no siempre sabe decir. Entre coberturas y noticias, se refugia en su familia, en un plato de frijoles con cuajada y aguacate, o en el silencio de Copán Ruinas, su lugar mágico. Sus cercanos saben que, detrás de la seriedad que impone respeto, vive una mujer capaz de reír a carcajadas y lanzarse a aventuras que la obligan a vencer el miedo.

Ana Murillo y su meta de dejar huella a través del arte y la verdad

Su meta es clara: consolidarse como una periodista con sello propio, capaz de cruzar fronteras y contar historias que se recuerden. A corto plazo, quiere seguir creciendo en ICN; a largo plazo, especializarse, viajar y fusionar su arte con el periodismo para dejar una huella más profunda en la sociedad.

Ana Murillo no es solo una periodista. Es la prueba viva de que los caminos inesperados pueden llevarte al lugar exacto donde debes estar… incluso si ese lugar está frente a una cámara que un día juraste evitar.

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