Honduras, un país golpeado por el colapso de su sistema educativo, el deterioro de los servicios de salud y las carencias en áreas esenciales, enfrenta ahora un nuevo golpe a su ya debilitada confianza institucional.
Mientras la ciudadanía lidia con la precariedad y los discursos oficiales insisten en la necesidad de austeridad, el portal de transparencia reveló que Marcio Sierra, presidente de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), supuestamente devenga dos salarios del Estado, acumulando cerca de 400 mil lempiras mensuales.
Los registros indican que Sierra percibiría 291,335 lempiras por su cargo en la CNBS y otros 67,000 lempiras como director de la Dirección de Gestión por Resultados (DIGER), un organismo cuya función es supervisar el desempeño de los ministros y secretarios de Estado.
Sin embargo, en tres años de administración, supuestamente la DIGER no habría presentado ningún informe público, lo que genera dudas sobre los resultados de su gestión pese a los recursos asignados.
Finalmente, el caso ha desatado críticas y cuestionamientos debido a la aparente contradicción entre los llamados gubernamentales a reducir el gasto público y los privilegios salariales de ciertos funcionarios.
La supuesta doble remuneración de Sierra pone en evidencia las fisuras de un sistema donde los recursos públicos podrían destinarse más a mantener estructuras burocráticas que a resolver las necesidades urgentes de la población.