
Después de haber recibido aseveraciones de David Chávez, en una convención del Partido Nacional, Juan Diego Zelaya respondió con firmeza y aclaró que no considera como enemigos a quienes comparten su bandera política. “Mi enemigo nunca será otro nacionalista ni tampoco un liberal. Mi enemigo se llama Mel Zelaya y el familión que hoy gobierna Tegucigalpa”, expresó ante la militancia.
Durante su intervención, Zelaya hizo un llamado a la unidad de los sectores democráticos, asegurando que Honduras atraviesa una situación crítica que requiere esfuerzos conjuntos. “Esta batalla no es solo electoral, es histórica y cultural. O estamos del lado de Honduras o estamos del lado del familión que ha causado tanto daño”, subrayó.
El aspirante a la alcaldía del Distrito Central insistió en que su lucha está enfocada en resolver los problemas que más afectan a la población como la inseguridad, el desempleo, la falta de agua y el caos vehicular. “Mi objetivo no es pelear con los míos, es recuperar la capital y devolverle esperanza al pueblo capitalino”, agregó.
Asimismo, destacó su disposición al diálogo con todos los liderazgos que deseen sumar esfuerzos en el camino hacia la unidad partidaria. Recordó que ha estado a la orden del partido en las buenas y en las malas, y que su prioridad es construir futuro, no generar confrontaciones internas.
Finalmente, defendió la implementación del sistema de doble verificación en el proceso electoral y criticó los intentos de imponer modelos de conteo sin garantías. “Querían un sistema como el de Venezuela, donde hay elecciones pero no democracia. Lo que hicimos ayer fue lo correcto, por el bien de Honduras y la transparencia electoral”, concluyó.