
Mediante un fuerte despliegue policial, el Congreso Nacional de Honduras amaneció este martes con sus accesos cerrados y bajo resguardo de efectivos de la Policía Nacional y de la Policía Militar del Orden Público (PMOP). La medida fue ordenada por el presidente del Legislativo, Luis Redondo, ante la intención de los diputados de la oposición de realizar una autoconvocatoria programada para las tres de la tarde.
Según se informó, el cierre de las instalaciones busca evitar el ingreso de los congresistas opositores, quienes planeaban sesionar para ampliar el actual periodo legislativo y así impedir la instalación de una comisión permanente. Testigos señalaron que el control en las entradas es estricto, con revisiones exhaustivas a quienes intentan ingresar al edificio.
En declaraciones a medios locales, varios diputados expresaron su inconformidad y calificaron la medida como una acción antidemocrática. “Si no los dejan entrar, que sesionen en el Parque Central o bajo un árbol, lo importante es que la mayoría decida”, dijo uno de los legisladores, haciendo alusión al respaldo mayoritario con el que contaría la oposición.
Por su parte, el titular del Congreso, Luis Redondo, reiteró su advertencia de que quienes participen en una sesión autoconvocada podrían ser judicializados por delitos como sedición, abuso de autoridad y perturbación del orden institucional, conforme al Código Penal hondureño. La tensión política aumenta en vísperas de lo que podría convertirse en un nuevo episodio de confrontación legislativa en el país.
