
Con pancartas colgadas en puentes estratégicamente ubicados, habitantes del sector de Mateo expresan su indignación y exigen respuestas al alcalde capitalino, Jorge Aldana Bardales, por la paralización de las obras del paso elevado valorado en 408 millones de lempiras. Las lonas, alineadas a lo largo de la salida hacia ese sector, incluyen la leyenda: “Obra paralizada por el alcalde del familión” y una tortuga dibujada en la montaña, símbolo que representa la lentitud y el abandono que sienten los pobladores.
La obra construida con financiamiento municipal debía haber sido entregada en junio, pero ya estamos en julio y el puente sigue inconcluso, generando malestar ante el caos vial que día a día sufren más de 15,000 conductores. Los residentes aseguran que se trata de un “monumento al abandono” y acusan al alcalde Aldana de incumplir su promesa de mejorar la movilidad urbana en el Distrito Central.
Habitantes declaran que, en horas pico, la zona colapsa y suman hasta 40 minutos de espera para cruzar, tanto en sentido Tegucigalpa–Comayagüela como en el retorno. “Tenemos una tortuga en la montaña, pero el tráfico no se mueve”, dice uno de los manifestantes, haciendo referencia a la figura que acompaña las pancartas creativas que buscan viralizar su protesta.
Reacción del alcalde Jorge Aldana sobre protestas en la construcción Salida a Mateo
El alcalde respondió a través de su cuenta en X, asegurando que “la construcción del paso elevado Papa Francisco, ubicado en la salida a Mateo, avanza y sin detenerse hasta convertirse en una verdadera solución vial”. Según Aldana, actualmente se realiza “el armado y fundición de las vigas cajón que sostendrán la estructura principal por la que circularán más de 15,000 conductores al día”.
En publicaciones anteriores, el edil ha destacado que los trabajos incluyen además una gran viga aérea, describiéndola como “la más grande de Honduras”. Además, anunció que el proyecto incorporará una plaza verde en la rotonda principal, adornada con árboles, en un esfuerzo por integrar áreas de recreación pública.
Asimismo, Aldana confirmó que el puente llevará el nombre de “Papa Francisco”, en homenaje al pontífice e impulso de los valores de paz y servicio comunitario.
La protesta ciudadana ha tenido eco en medios digitales: en medios nacionales se informó que “el cartel colgado en plena vía pública apunta directo contra el alcalde Jorge Aldana” y lo describe como un acto creativo pero contundente que refleja el hartazgo ciudadano.
Por su parte, la red social X está repleta de publicaciones que comentan la inconformidad local. En un mensaje reciente se reporta que “Mateo protestan por la paralización del proyecto en su comunidad y acusan al alcalde Jorge Aldana de abandono total”.
Incluso, se reportó el retiro de uno de los carteles, lo que generó protestas virtuales e indignación entre los residentes, quienes denuncian que cualquier intento de censura no hará que desista su reclamo
El paso elevado, parte del megaplan vial del Distrito Central, representa una inversión pública significativa: 408 millones de lempiras destinados a aliviar el congestionamiento que afecta a Comayagüela y Tegucigalpa. La rotonda de salida hacia Mateo, uno de los principales accesos al norte de la capital, ha sido históricamente un cuello de botella, y este viaducto prometía transformar la dinámica de movilidad urbana.
Su nombre “Papa Francisco”no es casual. El alcalde buscó homenajear la figura del pontífice, inyectando al proyecto un valor simbólico y comunitario.
La disparidad entre la promesa pública de avance y la percepción ciudadana de paralización ha escalado la tensión en la zona. Los pobladores han hecho un llamado a la Contraloría y a la Corte de Cuentas del país para que auditen los recursos y supervisen el cumplimiento del cronograma.
Además, han solicitado al alcalde realizar una rendición de cuentas transparente donde se expliquen los motivos del retraso, si hay deficiencias en planificación, financiamiento, permisos o contratistas.
Mientras Jorge Aldana defiende la obra, aseguran que avanza con montaje y fundición, los sectores afectados insisten en que la ejecución se ha estancado y demandan acciones inmediatas. Frente al tráfico colapsado, los ciudadanos optaron por la protesta creativa: pancartas, tortuga en la montaña y viralización en redes.
La fecha de entrega pactada en junio ya quedó en el pasado, y los 15,000 conductores que transitan diariamente siguen a la espera. El futuro del puente “Papa Francisco” no solo define la circulación vial: también podría marcar un precedente sobre la gobernanza, transparencia y la capacidad de respuesta municipal frente a las demandas populares.


