
Mediante un golpe de autoridad en el estadio Morazán, Olimpia se llevó una valiosa victoria 2-1 ante Real España en la final de ida y llegará al duelo de vuelta con medio título en el bolsillo. El marcador no solo refleja la diferencia en efectividad, sino también en jerarquía, lectura táctica y capacidad de reacción, factores que podrían inclinar la balanza definitivamente en Tegucigalpa.
A pesar de que los aurinegros se adelantaron con un gol de Jack Jean Baptiste, el equipo capitalino nunca perdió el control emocional del partido. Olimpia, con su habitual oficio en finales, corrigió posiciones, presionó en los momentos clave y terminó remontando gracias a las anotaciones de Julián Martínez y Edwin Rodríguez, quien fue el jugador más desequilibrante del encuentro.
De cara al choque definitivo, Real España no solo deberá vencer, sino hacerlo con contundencia, algo que no ha conseguido ante Olimpia en instancias importantes en los últimos torneos. El conjunto de Miguel Falero tiene talento joven y velocidad, pero también carga con una defensa frágil que mostró grietas desde los primeros minutos del encuentro de ida.
Olimpia, por su parte, llegará al Estadio Nacional Chelato Uclés con el respaldo de su afición, la ventaja en el marcador global y un equipo que sabe cómo cerrar series. Si mantiene su nivel de concentración y aprovecha los espacios que dejará el rival en su intento por remontar, el título 39 no solo será una posibilidad, sino una consecuencia lógica.
Finalmente, el duelo del domingo promete emociones al límite. ¿Quién saldrá campeón? ¿Será Olimpia capaz de sellar su ventaja o Real España sorprenderá con una remontada épica? El balón rodará y la respuesta solo la dará el campo.