Muchos quisieran haber tenido la suerte de ser ellos los que encontraran a la Virgencita de Suyapa, pero hace 274 años fue un campesino quien tuvo la suerte de encontrar a la virgencita y desde entonces es la madre de todos los hondureños.
El nombre del afortunado fue Alejandro Colindres, quien en 1747 encontró a la Virgencita de Suyapa junto a otro niño en el cerro El Piligüín y hoy luego de 274 años los hondureños seguimos venerando a nuestra santa madre.
Cabe resaltar que nuestra Virgencita de Suyapa es la intercesora por nuestros pecados y es por eso que merece el respeto y amor de todos los hondureños.
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