Ubicado en la costa de West Bay, Gumbalimba Park es un refugio natural que invita a los visitantes a disfrutar de la impresionante flora y fauna de Roatán, todo dentro de un entorno que promueve el bienestar animal y la conservación del medio ambiente. Este parque, que abarca 8 hectáreas de naturaleza virgen, es un destino ideal para quienes buscan explorar la biodiversidad local, aprender sobre la historia de la isla y participar en actividades recreativas que respetan el entorno natural.
Desde su apertura en 2003, Gumbalimba Park se ha destacado no solo por sus hermosos paisajes tropicales, sino también por su compromiso con la protección de los animales y su entorno. La mayor parte de los animales presentes en el parque, incluidos los amigables monos capuchinos de cara blanca, aves exóticas como guacamayos y loros, y una gran población de iguanas negras, son parte de programas de conservación, lo que permite a los turistas interactuar con ellos de manera responsable y educativa. Los guías del parque están capacitados para garantizar una experiencia respetuosa con los animales, promoviendo la observación sin alteraciones de su comportamiento natural.
La experiencia en Gumbalimba Park es ideal para toda la familia, ofreciendo una amplia variedad de actividades para disfrutar a lo largo del día. Los visitantes pueden caminar por senderos naturales que atraviesan una densa selva tropical, cruzar un puente colgante y maravillarse con más de 200 especies de plantas y árboles. Además, es posible explorar el insectario climatizado con una impresionante colección de 2,500 insectos preservados de todo el mundo.
La experiencia en Gumbalimba Park es ideal para toda la familia, ofreciendo una amplia variedad de actividades para disfrutar a lo largo del día. Los visitantes pueden caminar por senderos naturales que atraviesan una densa selva tropical, cruzar un puente colgante y maravillarse con más de 200 especies de plantas y árboles. Además, es posible explorar el insectario climatizado con una impresionante colección de 2,500 insectos preservados de todo el mundo.
Uno de los principales atractivos del parque es la interacción con los monos capuchinos y otras especies, como iguanas y aves, que viven en el parque en un entorno libre de jaulas. Estos animales tienen la oportunidad de moverse en su hábitat natural, lo que brinda a los visitantes una experiencia única. La interacción con ellos, sin embargo, se realiza de manera controlada, bajo la supervisión de los guías, garantizando que se respeten los principios de bienestar animal.
Para quienes buscan un poco de adrenalina, Gumbalimba ofrece un emocionante recorrido en tirolesa conocido como el Monkey Trail Canopy. Este tour de 17 plataformas y 13 cables, que atraviesa los árboles a una altura de hasta 18 metros, permite a los aventureros disfrutar de vistas espectaculares del mar Caribe mientras se deslizan por la selva tropical.
Para quienes buscan un poco de adrenalina, Gumbalimba ofrece un emocionante recorrido en tirolesa conocido como el Monkey Trail Canopy. Este tour de 17 plataformas y 13 cables, que atraviesa los árboles a una altura de hasta 18 metros, permite a los aventureros disfrutar de vistas espectaculares del mar Caribe mientras se deslizan por la selva tropical.
No todo en Gumbalimba Park es aventura. El parque también es un lugar perfecto para relajarse. Los visitantes pueden nadar en la piscina de agua dulce, o disfrutar de la tranquila playa de arena blanca con aguas cristalinas. Para los más curiosos, una parada en la cueva de los piratas, repleta de mapas antiguos, armas y obras de arte, ofrece una fascinante lección de historia sobre las Islas de la Bahía.
Gumbalimba Park está abierto todos los días de la semana de 8:00 a. m. a 4:00 p. m., y su ubicación en la carretera principal hacia West Bay lo hace fácilmente accesible desde varios puntos de la isla. Los precios de entrada varían según la actividad elegida, comenzando desde $30 para el acceso general hasta $55 para un tour que incluye tirolesa.
Más allá de ser una atracción turística, Gumbalimba Park es un ejemplo de cómo el turismo responsable puede coexistir con la conservación del medio ambiente y el bienestar de los animales. Los visitantes no solo disfrutan de un día lleno de aventuras, sino que también contribuyen indirectamente a la preservación de la biodiversidad de Roatán.
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