Incendio en Costa Rica muere madre muere con sus hijos. El incendio que cobró la vida de Marilyn Verania Chacón Mora y sus tres hijos revela un trasfondo de maltrato y abandono que indigna a la sociedad costarricense.
El devastador incendio ocurrido en una cuartería de San Juan de Dios de Desamparados, en Costa Rica donde murieron calcinados Marilyn Verania Chacón Mora y sus tres hijitos, ha conmocionado al país y destapado una dolorosa historia de violencia doméstica y abandono.
Según denuncias de familiares y testimonios cercanos, el policía Andrés Guillén Infante, expareja de la víctima y padre de los niños, habría sido un agresor sistemático. La madre de Marilyn asegura que Guillén no solo maltrataba físicamente y psicológicamente a su hija, sino también a sus nietos. De acuerdo con la denuncia, el oficial quien actualmente labora en la delegación Delta 39 tenía causas judiciales abiertas por violencia doméstica.
Marilyn, una madre valiente y luchadora, enfrentaba sola la crianza de sus hijos luego de ser abandonada por Guillén, quien la habría dejado por otra mujer. Incluso, según testimonios, el oficial la expulsó de su vivienda mediante amenazas, y colocó a su nueva pareja en la casa familiar.
Despojada de su hogar y sin recursos, Marilyn alquiló una cuartería, lugar que tristemente se convirtió en su tumba y la de sus hijos. Para sobrevivir, organizaba rifas, buscaba apoyo y luchaba por recibir una pensión alimenticia que nunca llegó. A pesar de las dificultades, recientemente había obtenido su título de bachillerato, soñando con convertirse en profesional para ofrecer un mejor futuro a sus pequeños.
Durante los trabajos de rescate, testigos notaron la presencia de una gatita que se acercó angustiada a la vivienda calcinada. Según vecinos, era la mascota de Marilyn, madre de varios gatitos que también murieron en la tragedia. Esta desgarradora imagen se sumó al dolor colectivo que ha despertado el caso.
La tragedia ha provocado una ola de indignación y llamado a la acción en redes sociales, donde miles de personas exigen justicia para Marilyn y sus hijos, y que se investigue a fondo el accionar del oficial Andrés Guillén Infante.
La historia de Marilyn no es solo una tragedia personal, sino un símbolo del dolor de muchas mujeres víctimas de la violencia doméstica, que luchan en silencio, con valentía, pero sin el respaldo institucional que merecen.
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