
Mediante un ambiente que se vuelve cada día más denso, el país se prepara para un 30 de noviembre que promete ser uno de los más reñidos de los últimos años. Tres rostros buscan llegar a Casa Presidencial: Salvador Nasralla por el Partido Liberal, Rixi Moncada por Libertad y Refundación, y Nasry Asfura por el Partido Nacional. La expectativa crece, pero también el temor a que la jornada derive en desórdenes, especialmente por la influencia de la Alianza entre los partidos.
Comerciantes refuerzan seguridad ante posibles desórdenes de la Alianza
Seguidamente, comerciantes de distintos puntos del país han comenzado a blindar sus negocios ante el temor de posibles saqueos, huelgas o manifestaciones que puedan salirse de control. Puertas de metal improvisadas, barreras de madera y estructuras reforzadas se han convertido en escenas comunes en barrios, mercados y avenidas principales. La Alianza política genera preocupación entre comerciantes y ciudadanos por igual.
Ciudadanos preparados para cualquier escenario del domingo de Alianza
Posteriormente, ciudadanos expresaron que no están dispuestos a revivir episodios pasados donde, tras eventos políticos, grupos delictivos aprovecharon el caos para cometer robos y daños a la propiedad privada. Esta vez, aseguran, están preparados para cualquier escenario que pueda surgir el domingo electoral, conscientes de que la Alianza política pondrá a prueba tanto la democracia como la seguridad ciudadana.
Finalmente, mientras el reloj avanza y la fecha se acerca, Honduras se encuentra entre la expectativa democrática y la incertidumbre social. El 30 de noviembre no solo marcará la ruta política del país, sino también la capacidad de los hondureños para enfrentar, con calma o con cautela, una jornada que muchos describen como “decisiva y peligrosa a la vez”.
