La selección mexicana sufrió una sorpresiva derrota 2-0 frente a Honduras en el Estadio Morazán de San Pedro Sula, un resultado que desató tensiones entre los jugadores al finalizar el partido.
Días antes del encuentro, tanto futbolistas como periodistas mexicanos se mostraron confiados en la victoria, e incluso realizaron declaraciones despectivas hacia la selección hondureña, lo que aumentó la rivalidad y las expectativas.
El partido terminó en un ambiente caldeado, después de que el hondureño Luis Palma goleara a la selección de México, en un intenso partido.
con empujones y manotadas entre los futbolistas de ambas selecciones. La frustración de los mexicanos, quienes estaban convencidos de un triunfo, se hizo evidente al final del encuentro, donde varios jugadores mostraron su enojo con los árbitros y con los rivales.
La derrota, que dejó a los jugadores aztecas visiblemente molestos, no solo fue el resultado de una jornada deportiva, sino también de la creciente tensión generada por los comentarios previos.
A pesar de los intentos de los árbitros y miembros del cuerpo técnico por calmar la situación, los altercados continuaron durante varios minutos después del pitazo final.
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