
Mediante protestas, enfermeros auxiliares asegura que no retrocederán si se concretan los despidos anunciados por la Secretaría de Salud, señalando que paralizarán sus labores como medida de presión.
En medio de la indignación, los trabajadores lanzaron un mensaje directo a la ministra de Salud, Carla Paredes, invitándola a ir al hospital y encargarse personalmente de bañar a los pacientes, para que comprenda la verdadera magnitud de su labor diaria.
Los empleados recalcaron que su lucha no es por beneficios personales, sino por la defensa de sus derechos laborales y las condiciones dignas para atender a los pacientes. Aseguran que no temen a represalias y seguirán firmes en sus exigencias.
Además, confirmaron que continuarán con marchas y plantones hasta que sus demandas sean escuchadas y atendidas, recordando que el personal de salud es esencial y no puede ser reemplazado de manera arbitraria.
Finalmente, los enfermeros auxiliares advirtieron que permanecerán vigilantes durante las audiencias y negociaciones, y que intensificarán sus acciones si las autoridades no cumplen con garantizar sus derechos y el buen funcionamiento del hospital.