Mediante declaraciones ofrecidas este domingo, el presidente Donald Trump afirmó que “podría haber discusiones” con Nicolás Maduro, asegurando que “Venezuela quiere hablar”, luego de que el Departamento de Estado de Estados Unidos anunciara la designación del Cártel de los Soles como organización terrorista.
Acto seguido, Trump destacó que cualquier conversación con el régimen chavista solo ocurriría desde una posición de fuerza, mientras su Administración mantiene uno de los mayores despliegues militares estadounidenses en el Caribe en años, reforzado por la presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford y la Operación Lanza del Sur, orientada a presionar las rutas de narcotráfico.
La estrategia de Donald Trump mantiene presión diplomática y militar
Asimismo, analistas señalan que la disposición de Maduro a dialogar podría reflejar debilidad interna frente a la presión diplomática, económica y militar de Estados Unidos, o un intento de ganar tiempo ante el creciente aislamiento internacional.
Finalmente, la Casa Blanca reiteró que las sanciones, la vigilancia y las operaciones contra redes criminales asociadas al chavismo continuarán, mientras se evalúa si el régimen venezolano actúa con intención genuina de negociar, una posición que Donald Trump mantiene bajo observación.
