
David Ramírez, director del programa Caminos Productivos y militante del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), lanzó una afirmación que ha sacudido el ambiente político hondureño: según sus palabras, los alcaldes de partidos opositores como el Nacional y Liberal están recibiendo más apoyo para obras municipales bajo el actual gobierno que cuando sus propias agrupaciones controlaban el Ejecutivo.
“Alcaldes de otros partidos me dicen con franqueza: ‘David, con este gobierno me ha ido mucho mejor que con el mío’. He hecho más obras para ellos ahora que cuando gobernaba su propio partido”, declaró Ramírez de forma directa, revelando así una realidad que muchos intuían: la gestión de los anteriores gobiernos no logró responder a las necesidades de sus propias bases municipales, algo que ha sido aprovechado políticamente por la actual administración.
Ramírez defendió la política de trato igualitario que, según él, caracteriza a la gestión de la presidenta Xiomara Castro. Afirmó que todos los alcaldes, sin importar su filiación partidaria, reciben un apoyo equitativo por parte del gobierno central. Como ejemplo mencionó que las municipalidades reciben anualmente dos millones de lempiras para el programa Caminos Productivos, 3.3 millones para infraestructura educativa y un aumento histórico en las transferencias municipales que, de acuerdo con sus datos, superan con creces las cifras manejadas por administraciones anteriores.
El funcionario subrayó además que la mayoría de alcaldes mantienen una relación respetuosa con el Ejecutivo y no atacan públicamente a la presidenta. “Son contados los casos de alcaldes que atacan a la señora presidenta”, señaló Ramírez, insinuando que la buena relación con Casa Presidencial ha desactivado parte de la oposición que tradicionalmente surgía desde los gobiernos locales.
La gran pregunta que surge tras estas revelaciones es si Honduras está caminando hacia una democracia más justa, transparente y descentralizada, o si simplemente ha perfeccionado las viejas prácticas de control de los gobiernos locales desde Casa Presidencial, ahora disfrazadas de trato igualitario y buenas maneras.