Rixi Moncada, actual aspirante presidencial por el partido Libre, se encuentra bajo fuertes cuestionamientos tras exigir la eliminación del Fondo Social Departamental y sanciones para los diputados que lo habrían utilizado de forma indebida.
La polémica estalló porque, cuando fungió como ministra de Finanzas, fue precisamente ella quien promovió y autorizó las transferencias que alimentaron este fondo, lo que muchos califican de contradicción.
Sectores sociales y organizaciones de sociedad civil han señalado que Moncada intenta presentarse como símbolo de transparencia, mientras mantiene el control de recursos millonarios que le permite hacer contrataciones directas desde la Secretaría de Defensa, sin mayores filtros de supervisión.
A ello se suma la controversia por el uso de helicópteros militares y otros recursos estatales para su campaña política, una práctica prohibida expresamente por la ley electoral, pero que ha sido documentada en distintas giras proselitistas.
Este comportamiento ha provocado la indignación de la población y la solicitud de investigaciones a las autoridades competentes.
Finalmente, la situación ha puesto en tela de juicio la credibilidad de Rixi Moncada, ya que sus llamados a castigar la corrupción chocan con su propia historia de participación en la creación de fondos que hoy califica de inaceptables, generando la percepción de doble moral entre los ciudadanos.
