Además, la controversia alcanzó un punto álgido con el violento retiro de un adulto mayor que protestaba por lo que consideraba una burla a su fe. Esto ha generado un debate importante sobre los límites del arte y si las expresiones artísticas deben respetar todas las creencias religiosas.
A pesar de las protestas, la exposición permanecerá abierta hasta el 7 de marzo, lo que ha convertido la muestra y las manifestaciones en sí mismas en un performance que cuestiona las relaciones entre lo religioso y lo homoerótico.