En el año 2021, un incidente de escándalo capturó la atención de los hondureños, cuando la reconocida presentadora de televisión Isabella Chévez, en ese entonces figura destacada de Canal 11, fue denunciada por presuntamente agredir a su novio, joven de apellido Castillo, en medio de una acalorada discusión alimentada por el consumo de alcohol.
La denuncia desencadenó una orden de captura, y los agentes policiales intentaron aprehender a Isabella Chévez en las instalaciones de un canal importante del país.
El vergonzoso incidente rápidamente se volvió viral en las redes sociales, generando un intenso debate en la sociedad hondureña, especialmente porque desafiaba las nociones tradicionales de género al presentar a una mujer como agresora.
Casi un año después, los rumores sugerían que la pareja había superado sus diferencias, y aparentemente habían decidido darle una segunda oportunidad a su relación, recibiendo juntos el año 2022 y dejando atrás el pasado tumultuoso.
Sin embargo, en este 2023, nos encontramos ante una nueva y preocupante ola de denuncias de violencia doméstica, donde a ciencia cierta no hay comprobación sobre personajes públicos con compromisos matrimoniales previos.
Este fenómeno pone de manifiesto la persistencia de un problema emocional y psicológico que afecta a diferentes personas en el país, sin importar su clase social
