En un nuevo episodio del programa El Espectador Sin Filtro, la reconocida periodista hondureña María Fernanda Sierra, quien reside y ha triunfado en los Estados Unidos laborando para Telemundo, expresó su firme opinión sobre cómo debe actuar el gobierno de Honduras ante la situación de los compatriotas que son deportados o regresan al país tras su intento de establecerse en el extranjero.
Sierra considera que el principal enfoque debe ser el apoyo integral a estas personas, ya que muchas de ellas han arriesgado su vida para alcanzar el sueño americano. “Sufrieron para llegar a los Estados Unidos, tienen familias que dependen de ellos. Al volver a Honduras no solo traen necesidades económicas, también cargan con un fuerte impacto emocional y psicológico que pocas veces es tomado en cuenta. A veces se piensa únicamente en el dinero y se ignora el daño mental que enfrentan al regresar a un entorno que ya habían dejado atrás”, expresó la periodista.
La comunicadora insistió en que el gobierno debe velar por un acompañamiento emocional real, crear espacios para que los retornados puedan readaptarse a la vida en Honduras y ofrecerles alternativas para reconstruir sus proyectos personales y familiares. “Estas personas tenían una vida establecida, un núcleo familiar, un empleo y una rutina en otro país; volver es un golpe muy fuerte. Por eso la empatía debe ser una prioridad para cualquier gobierno, sin importar qué partido esté en el poder”, subrayó Sierra.
María Fernanda Sierra hondureña en el extranjero, fue enfática al señalar que el tema migratorio no debe politizarse. A su criterio, los colores políticos deben quedar de lado y el enfoque gubernamental debe centrarse en garantizar apoyo económico, oportunidades de empleo y asistencia psicológica para quienes regresan. “Las deportaciones no deben tener color político. Lo importante es atender a las personas, entender que son seres humanos con historias, con luchas, con familias que dependen de ellos”, concluyó.
La periodista hizo un llamado a las autoridades para que actúen con responsabilidad y visión humana, recordando que detrás de cada migrante deportado hay una historia de sacrificio que merece ser tratada con respeto y dignidad.
