La violencia ha vuelto a protagonizar una lamentable escena en el fútbol de segunda división de Honduras. En un partido entre el Lone FC y Platense, un miembro del cuerpo técnico del club local, Lone FC, sorprendió a todos cuando, en un arrebato de furia, agredió físicamente a un jugador del Platense.
El agresor le propinó una fuerte patada, lo que desató una serie de reacciones de indignación tanto entre los jugadores como entre los seguidores de ambos equipos.
Este incidente, que rápidamente se difundió a través de las redes sociales, ha generado un rechazo generalizado por parte de la comunidad futbolística.
La actitud violenta de un integrante del staff pone en tela de juicio la formación y los valores que deben prevalecer en el deporte, especialmente en categorías de desarrollo, donde el respeto y la disciplina deben ser fundamentales.
La agresión no solo afecta la imagen del equipo implicado, sino que también ensucia la reputación del fútbol hondureño en general.
Las autoridades correspondientes ya han iniciado una investigación para esclarecer los hechos y tomar las medidas adecuadas.
El deporte debe ser un espacio de sana competencia y respeto, no un escenario para este tipo de conductas desafortunadas.
