El pasado sábado 15 de enero, en una sesión extraordinaria del Congreso Nacional, en un acto grosero, y claramente nocivo al pueblo, los diputados aprobaron una ley para aumentar los sueldos de cada diputado suplente para que estos devenguen el 60% del sueldo que gana cada diputado propietario.
Los hondureños hemos recibido una bofetada ya que quienes pagan esos sueldos excesivos somos los mismos hondureños, donde si los diputados propietarios en su mayoría no hacen nada, mucho menos los suplentes los cuales levantan la mano sólo para aprobar leyes que afectan al país.
Esperamos el nuevo Congreso Nacional, esté lleno de diputados conscientes y no acomodados, y que se rebajen el sueldo ya que es insólito, que estos “padres de la patria”, ganen más por ir a pasear al hemiciclo y pedir café y comida en las reuniones; que los maestros, médicos, enfermeras e incontables profesionales que son verdaderamente útiles al país.
