Acciones que no se deben hacer el Jueves y Viernes Santo en Semana Santa
La Semana Santa representa un momento de profundo significado para quienes profesan la fe católica. A lo largo de estos días se rememoran los últimos momentos de Jesucristo en la Tierra: su pasión, su muerte y su posterior resurrección.
Dentro de esta conmemoración, el Jueves y el Viernes Santo marcan fechas especialmente solemnes, en las que los fieles son llamados a la introspección y al respeto de ciertas tradiciones.
El Viernes Santo, en particular, adquiere una relevancia notable por su carga simbólica. En él se recuerda la crucifixión del Hijo de Dios y, según señala el sitio especializado ‘EWTN’, “no es día de precepto, pero sí es un día de ayuno y abstinencia, como el Miércoles de Ceniza”. Aunque no todos los fieles están obligados a cumplir con estas prácticas, se recomienda su observancia como parte de una actitud humilde y recogida.
El cumplimiento de estas normas varía según la edad. Así lo precisa la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, al indicar que “para los miembros de la Iglesia Católica Latina, las normas de ayuno son obligatorias entre los 18 años y los 59 años”.
Desde la Diócesis de Zipaquirá, el párroco Luis Carlos Ayala ofreció una visión que va más allá de las restricciones externas.
“Se deben evitar las acciones que pueden lastimar a las personas y tener una buena relación con la familia. Más que hacer ayuno y mantener la abstinencia, lo que pide la iglesia en esta temporada es afianzar esas relaciones y reivindicar nuestras malas acciones”, señaló.
Participación litúrgica desde el hogar
Para quienes no puedan acercarse físicamente a los templos, existen formas de mantenerse conectados con la comunidad religiosa. Las celebraciones litúrgicas que se transmiten por televisión o plataformas digitales son una opción válida para seguir las actividades sagradas sin salir de casa.
Lectura y oración, herramientas para la conexión interior
Otra de las recomendaciones durante esta conmemoración es el acercamiento a las Sagradas Escrituras.
En definitiva, el sentido del Jueves y el Viernes Santo va más allá de cumplir normas o seguir tradiciones. Se trata de una oportunidad para detenerse, revisar los propios actos y emprender un camino de reconciliación interior, donde la fe se vive con humildad, reflexión y cercanía con los demás.