Terremoto golpea fuertemente el sudoeste asiático dejando miles de muertos
Un terremoto de magnitud 7,7 se registró en Myanmar, cerca de la ciudad de Mandalay, con temblores que se sintieron en Tailandia y China. Una fuerte réplica de magnitud 6,4 sacudió también Myanmar, donde miles de personas murieron tras derrumbarse una mezquita. Se espera que el número de víctimas aumente, ya que los militares que gobiernan Myanmar dicen que muchos civiles murieron y resultaron heridos.
Tailandia ha declarado el estado de emergencia y los militares golpistas de la aislada Birmania han lanzado una petición de ayuda internacional.
En la vecina Tailandia, el derrumbe de un edificio de 30 plantas en construcción en Bangkok ha causado la muerte de al menos tres personas, ha señalado el ministro de Defensa, mientras continúa la búsqueda de 70 personas desaparecidas entre los escombros del rascacielos colapsado tras el fuerte terremoto que sacudió la capital. Además, se han contabilizado 50 heridos.
En otras ciudades de Birmania como Taungoo, al sur de la capital, varios testigos informan de al menos tres muertos tras el derrumbe de una mezquita. Aún no hay confirmación oficial. Por su parte, fuentes del sector humanitario en Birmania dijeron a Efe que en el colapso de un monasterio en la ciudad de Taungoo quedaron atrapados una veintena de niños
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Bomberos y equipos de rescate se encuentran en el lugar, donde el Departamento de Servicios Médicos ha instalado un hospital de campaña para atender a los lesionados. Después, las autoridades locales precisaron que decenas de obreros habían sido rescatados. Pero los rescatistas señalaron a los medios presentes en el lugar que todavía había un "número desconocido" de personas atrapadas.
Cabe resaltar, que Myanmar, una de las naciones más pobres de Asia, se tambalea tras una guerra civil desencadenada por un golpe militar en 2021. La debilidad de sus infraestructuras le impide hacer frente a grandes catástrofes naturales. Franjas del país están gobernadas por un mosaico de milicias, lo que dificulta enormemente la recopilación de información fiable. Además, el ejército corta regularmente las comunicaciones en las zonas de conflicto.
Caos en todo el país