Copán no está completa, pieza de la Escalinata permanece en Harvard
En las ruinas mayas de Copán, una de las joyas arqueológicas más importantes de Honduras, hay una historia pendiente. La escalinata jeroglífica sí, la misma que aparece en el billete de un lempira, no está completa. Le falta una pieza clave que, desde hace más de un siglo, se encuentra lejos de casa.
Copán fue el centro del mundo para los mayas durante casi 400 años. Allí, entre templos y vegetación tropical, construyeron una pirámide con una escalinata única: más de 2,000 glifos tallados en piedra que relatan el linaje completo de los reyes de Copán. Es un registro histórico sin igual en el mundo maya.
A finales del siglo XIX, una expedición del Museo Peabody de la Universidad de Harvard llegó al sitio. Para entonces, la escalinata estaba parcialmente colapsada: la parte superior había caído, la inferior se mantenía intacta. Algunas fuentes sugieren que fue a causa de un terremoto, otras que simplemente fue por el paso del tiempo.
La escalinata incompleta de Copán
Durante esa expedición, los investigadores se llevaron varias piezas. Una de ellas, según distintos registros y teorías, pertenece directamente a la escalinata. No hay datos públicos precisos sobre cuál es, pero se cree que representa a un guerrero maya, a un gobernante, o incluso al célebre “18 Conejo”, uno de los reyes más conocidos de Copán.
Todo indica que esta pieza está actualmente en la colección del Museo Peabody, en la Universidad de Harvard. Existen fotografías históricas de 1899 que muestran inventarios arqueológicos vinculados a esa expedición, y podrían contener imágenes de la pieza faltante.
Hoy esa piedra sigue en el extranjero. Y aunque no se sabe con exactitud qué parte de la escalinata ocupaba, se sabe con certeza que pertenece a Copán.
La historia de este lugar sigue incompleta. No es solo arqueología, es memoria. Es identidad.
El regreso de esa pieza no es un gesto simbólico: es una necesidad para entender por completo una parte esencial del pasado de Honduras.