Flores y catrinas preparan los mexicanos para celebrar el Día de los Muertos
A pocos días del comienzo de una de las celebraciones más importantes para los mexicanos, el país se cubre de color sol con flores de cempasúchil y grandes catrinas que dan la bienvenida a una fiesta llena de tradiciones.
Las catrinas cuentan una historia de los pueblos originarios y este año se busca un mayor impulso cultural a través de la tecnología. El desfile cumplirá en esta ocasión 11 años tras comenzar en 2014 con un grupo de apenas 25 maquillistas y menos de 2.000 participantes. Desde entonces, el evento se ha convertido en una de las tradiciones más significativas del Día de Muertos en Ciudad de México, que espera recibir para las festividades finales del 1 y 2 de noviembre a 225.680 turistas en hoteles, un 15% más que en el 2022.
Seguridad en su totalidad:
Además de este evento y de las celebraciones pertinentes de los dos días señalados anteriormente, CDMX hará un Paseo Nocturno de los muertos el 28 de octubre, el desfile del Día de Muertos el sábado 4 de noviembre, e instalará una mega ofrenda en el Zócalo.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la ciudad ha destinado a 1.371 policías de Proximidad, Metropolitanos y de la Subsecretaría de Control de Tránsito para el operativo de seguridad de las festividades.
No te pierdas este show:
Este 2024 se cumplen 21 años desde que el Día de Muertos de México fuese declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, y desde entonces la figura de la catrina ha sido un elemento emblemático para la festividad.
La catrina es un personaje creado por el pintor, ilustrador y caricaturista mexicano de Aguascalientes, José Guadalupe Posada y es la figura que más se asocia al Día de Muertos.
En un principio la calavera no estaba vestida y solo usaba un sombrero, en referencia a la pobreza de los mexicanos de la primera mitad del siglo XX, pero en 1947 el muralista Diego Rivera usó a este personaje, le puso un atuendo elegante y la bautizó como "La Catrina" en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”.